lunes, 14 de octubre de 2013

ARTÍCULO | Las pesadillas

Fuente Imagen | MorgueFile
Junto a los terrores nocturnos, son las parasomnias más frecuentes en la infancia: se estima que alrededor del 25% de los niños sufren pesadillas. Son sueños angustiosos que despiertan al niño, el cual se muestra asustado pero orientado, y algo activo en el área motora. Cuando acuden los padres, es capaz de hacer un relato coherente de la pesadilla.

Las pesadillas se producen en el sueño REM, sobre todo en la segunda mitad de la noche. Suelen aparecer a partir de los dos o tres años de edad. Generalmente están relacionadas con fenómenos que provocan inquietud en el niño, duran unas semanas y disminuyen a medida que aminora o desaparece el fenómeno causante de la ansiedad. Ver escenas dramáticas o traumáticas en la televisión también puede causar pesadillas.

Si las pesadillas se producen con mucha frecuencia -en especial si el niño tiene siete años o más-, es conveniente consultar con un especialista y realizar un análisis exhaustivo.

Recomendaciones para reducir la incidencia de las pesadillas o evitar que aparezcan
  • Conocer las preocupaciones del niño -en el colegio, con sus amigos- y ayudarle a resolverlas.
  • Evitar que el niño se exponga a estímulos ansiosos -películas o relatos de terror- antes de dormir. 
  • Cuando un niño se despierta por una pesadilla hay que acudir a tranquilizarlo y, después salir de su habitación para permitir que vuelva a dormirse él solo. 
Las pesadillas, a pesar de que impresionan a los padres por lo escandaloso que puede ser el comportamiento del niño, forman parte del desarrollo evolutivo normal cuando se dan entre los tres y los seis años.

FUENTE | El manual de Supernanny. Ed: El Pais, 2007

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