lunes, 13 de enero de 2014

ARTÍCULO | El miedo a los animales

Fuente Imagen | INTEF
Haremos un listado con el niño de los animales que le dan miedo y le pedimos que les de una puntuación de 0 a 10, según sea el temor que le producen. Hay que tener en cuenta que podemos evitar el contacto con algunos animales, como las serpientes, los murciélagos o las ratas, sin que eso nos incapacite en absoluto, dada la poca frecuencia con que vamos a encontrárnoslos. Otra cosa será si hablamos de animales domésticos, con los que todos en mayor o menor medida, tenemos contacto.

Los pasos a seguir, empezando por el animal que menos miedo produce al niño, son los siguientes: 

  1. No demos razones al pequeño sobre lo que hay que hacer para que desaparezca su miedo, hagamos caso omiso a su comportamiento y, cuando veamos al animal que teme, vayamos directamente a acariciarlo. Mientras, podemos contarle las sensaciones positivas que produce sin pedirle que lo haga él. Se trata de convertirnos en un modelo al que pueda imitar. 
  2. No esperemos que en el primer intento se acerque a tocar al animal que teme. Todas estas actuaciones le acercarán poco a poco al objetivo. 
  3. No le pediremos que se acerque solo y reforzaremos o premiaremos el que se mantenga tranquilo en el sitio. Al principio se quedará a cierta distancia observando cómo su padre o su madre juegan con el animal. Habrá que alabar el que se mantenga en el sitio sin irse ni hacer aspavientos. 
  4. En los siguientes pasos, intentaremos que se disminuya la distancia entre ambos, aunque no llegue a tocarlo.
  5. Mas adelante el padre o la madre cogerán al niño de la mano para que acerque, pero será el adulto quien toque al animal mientras explica: "Mira cómo mueve el rabo: está contento. Tiene un pelo muy suave. Le gusta acercarse a mí porque quiere que juguemos". No debemos pedirle directamente al niño que lo haga él, sólo señalarle lo cerca que está del animal. Es esperable que disminuya la distancia. 
  6. Nos acercaremos con el niño, esta vez sin cogerle de la mano, y una vez delante del animal, tomamos su mano para que lo toque. Al principio sólo tacar y retirar; luego permaneceremos con la mano en su pelo mientras el pequeño cuenta las sensaciones que tiene.
  7. Por último le animamos a que se acerque él solo y lo acaricie. Hay que enseñarle a preguntar primero a sus dueños si puede hacerlo, así le evitaremos experiencias que puedan afectar a su proceso de enfrentamiento al miedo. Tenemos que premiarle cuando lo consiga. 
Acciones que nos aproximan al objetivo: 
  • Hacerle conocer el animal que le da miedo a través de películas, fotografías y libros con información cuanto más reales mejor. Es preferible utilizar fotos de animales reales que dibujos o animaciones. 
  • Facilitarle experiencias donde pueda ver a amigos suyos jugando con animales y señalarle lo bien que se lo pasan. Dejarle que observe desde cierta distancia. Pasar una tarde con amigos que tengan un animal doméstico.
  • Enseñarle las señales que manda un animal cuando se pone agresivo o poco amigable -se le eriza el pelo, enseña los dientes, saca las uñas, ladra- para que sepa cuándo no tiene que acercarse con el fin de evitarle experiencias negativas que puedan retrasar su proceso de superación del miedo.
Lo importante es no forzar al niño a tocar o relacionarse con el animal. Si seguimos el método paso a paso, acabará acercándose por imitación, aunque puede ocurrir que, a pesar de perder el miedo, nunca sea un gran amigo de los animales.

FUENTE | El manual de Supernanny. Ed: El Pais, 2007

0 comentarios :

Publicar un comentario

¡Gracias por participar! =)