Hoy vamos a hacer un
repaso por un material editado hace ya algunos años que presentaba la que se
conocía como “nueva matemática”. Estoy hablando de los manuales de la Editorial
Miñón. En concreto el que podéis ver en esta entrada es el que corresponde al
4º Nivel.
La Editorial Miñón fue
conocida por publicar las Enciclopedias Álvarez. Editó varios libros como este,
de fichas de trabajo en el año 1971 y otras versiones como esta de 1972.
Estas fichas de trabajos
estaban concebidas para que los niños las realizasen informándose en los libros
de consulta. Actualmente es un método que se ha extrapolado a la escuela de
hoy, donde encontramos los cuadernos de trabajo que van a parte del libro de
texto.
Estas fichas se encontraban
encuadernadas por cursos y podían ser separadas de una en una si el profesor
así lo consideraba. Iban provistas de dos agujeros con el fin de que, una vez
fuesen realizadas, se pudieran conservar en una carpeta de anillas.
Se trata de un material
que contenía fichas, en las que una parte de ellas iba rayada. Esta parte
servía para que el profesor propusiese ejercicios de recuperación o desarrollo,
dependiendo del alumno.
Este es un material muy
peculiar, porque son los primeros materiales en los que se incluye la
autoevaluación. Al final de las fichas 2 y 3 de cada tema los alumnos
realizaban una autoevaluación donde debían incluir SS, N, B, S, D y MD,
iniciales de las calificaciones de entonces.
Se pedía hacer una
evaluación subjetiva de la producción que realizaban donde el profesor pondría
su evaluación confirmando o rectificando con la del alumno.
El objetivo fundamental,
según los autores, de estas fichas era hacer constar el propósito de que sirvan
para entablar un diálogo formativo e instructivo entre ellas y el alumno. En
tal diálogo FICHAS-ALUMNO, el profesor debía limitarse a sugerir, orientar y
evaluar la obra que cada niño realizaba.
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