Fuente Imagen | Banco imágenes INTEF |
Con un chasquido y un
zumbido la reluciente máquina llena de actividad el taller. Todo el día coches
flamantes llegan a ella para que suelde sus planchas de acero.
Algunas máquinas meten
una punta de metal, llamada remache, en placas de metal y unen las diferentes
piezas. Otras hacen una soldadura.
Calientan en un momento
los bordes de la plancha para fundirlos y así conseguir una unión muy fuerte,.
Pero no hay ningún ser
humano manejando esas máquinas. Son robots que trabajan solos. Las máquinas
robot siempre hacen sus soldaduras en el mismo sitio exacto en cada coche. Pero
el robot no tiene ojos para ver dónde está el coche, entonces ¿cómo sabe dónde
tiene que actuar cada vez? Tiene que aprenderlo.
Primero una persona
utiliza la máquina para hacer el trabajo. Mientras las diferentes partes de la
máquina se mueven adentro y afuera, arriba y abajo, estirándose y retorciéndose,
todos sus movimientos son registrados por un microprocesador. Ahora la máquina
tiene algo en su memoria, sabe exactamente qué debe hacer cundo ponen un coche
delante de ella. Siempre que los coches estén exactamente en el mismo sitio, el
robot se pondrá en acción y hará exactamente los movimientos adecuados,
remachando, soldando o incluso pintando.
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