Fuente imagen | http://vaninaytusalud.com.ar/ |
- Chantaje emocional. No usar frases como: "Eres malo y no te quiero" o "cómo me puedes hacer sufrir tanto". Es mejor decir: "Te quiero mucho, pero me enfado cuando saltas encima del sofá".
- Amenazas. No recurramos a la amenaza para que el niño obedezca. Puede resultar eficaz en el momento, pero desarrollará miedos posteriores o acabará amenazándonos a nosotros y también a los demás.
- Negociación de las normas o justificación de nuestra actitud. No hay que darle opciones para elegir; hasta los cinco años el niño no es capaz de tomar decisiones sencillas entre dos o tres alternativas. Los niños pequeños no entienden de tratos y les confunde alto que traducen como un cambio continuo de la norma sin saber a qué atenerse. Como consecuencia, dejan de respetarla.
- Risas mientras damos una orden. Haga lo que haga el niño, no debemos eludir la seriedad que el momento necesita y no podemos permitir que interprete que estamos jugando o que las normas son algo que se puede tomar a broma.
- Forcejeos y descalificaciones. Por supuesto, no debemos recurrir a ningún tipo de forcejeo o descalificación para obligar al cumplimiento de la norma. Existen otras muchas formas de hacer cumplir una orden, como dejar de atender cualquier actividad que inicie el niño y repetirle el mensaje: "Cuando hagas lo que te he dicho, te atiendo".
FUENTE | El manual de Supernnany (2007) Extracto
Personalmente, yo sí que creo en la herramienta de ofrecer alternativas. Primero porque así es más fácil acatar las normas, y no queremos que el hecho de obedecer se convierta en un "calvario" para ellos; y segundo porque de esta forma creo que fomentamos la toma de decisiones (que aunque no esté muy desarrollada al principio, podemos ir practicando), y por tanto la responsabilidad de los peques.
ResponderEliminarEl resto me parece perfecto.
Un gran artículo, Óscar. Que tengas una buena semana :)!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo que educar desde la ternura y con respeto significa también escuchar al niño;darle la oportunidad de afirmarse, participando en pequenñas decisiones de la vida diaria, le permitirán organizar mucho mejor la norma y la emoción de sentirse escuchado.Por lo que creo que dando alternativas en tareas que son del día a dia, aunque hay conductas no negociables como no cruzar la calle sin darme la mano,...pero cómo no escuchar más a los niños, permitirle que organizen el NO y sean escuchados.Sin comunicación no hay educación, empecemos por escuhar.
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