Fuente Imagen | Banco de Imágenes INTEF |
Frecuentemente, en el ámbito escolar, los niños y niñas con este tipo de
trastorno suelen etiquetarse como alumnos deficientemente socializados,
desobedientes, inadaptados, carentes de normas….
Para poder identificar con cierto rigor a los niños con TDAH, los
especialistas consideran varias preguntas críticas:
- ¿Son sus comportamientos inadecuados excesivos a largo plazo?
- ¿Ocurren más a menudo que en otras personas de la misma edad?
- ¿Son un problema continuo y no sólo una respuesta a una situación temporal?
- ¿Estos comportamientos ocurren en distintos marcos, o en un lugar concreto?
El DSM-IV contiene pautas muy específicas para poder detectarlo:
- Las dificultades aparecen antes de los 7 años, desde los 3 ó 4 años aproximadamente, y deben continuar durante, al menos, seis meses.
- Cuando se trata de niños, estos comportamientos deben ser más frecuentes e inadecuados o severos que en otros de la misma edad.
- Los comportamientos deben crear una verdadera incapacidad, de forma que perturben la adaptación y el rendimiento del individuo en, al menos, dos áreas de su vida: la escuela, el hogar, el trabajo, la autoestima, las reacciones del ánimo o las relaciones interpersonales.
Debido a la compleja naturaleza y al carácter multifactorial que a menudo
tiene l TDAH, las últimas directrices sobre su diagnóstico orientan hacia la
necesidad de enfocar el problema desde una visión multimetodológica y
multidisciplinar.
La llamada de atención suele venir de los padres o profesores, que deben
trasladarla al psicopedagogos del centro escolar. Éste alertará al pediatra del
niño para su derivación, si procediera, hacia un estudio más especializado del
neuropediatra que, en conjunción con la valoración psicológica pertinente,
determinará el diagnóstico preciso para posibilitar la intervención terapéutica
más oportuna.
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