Fuente Imagen | Banco imágenes INTEF |
Las plantas se mueven continuamente, aunque no nos damos
cuenta de estos movimientos porque son muy lentos. En lugar de trasladarse de
un sitio a otro como los animales, las plantas se mueven creciendo. Crecen
hacia la luz.
La luz hace también que la planta cambie de dirección. Un
girasol parece que esté mirando al sol. Gira lentamente su cabezuela hacia él,
recorriendo el cielo. Le sigue porque es muy sensible a la luz y busca siempre
toda la luz y el calor que puede obtener.
Otras flores pueden mover sus pétalos. Los crocos y las
margaritas se abren cuando sale el sol y se calienta el aire, y se cierran de
nuevo por la noche.
Hay una mimosa que se mueve de una manera muy espectacular:
si la tocas, sus hojas se pliegan de repente y tardan treinta minutos en volver
a desplegarse.
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