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¿Cómo puedes responder? El arma que tienes más a mano es tu cepillo de dientes. Pero empléalo con cuidado, porque si no ayudarías a tu enemigo. Dile a un dentista que te enseñe cómo has de cepillarte, con pequeños movimientos irregulares, para limpiar la parte externa de tus dientes. Luego has de mover el cepillo hacia arriba y hacia abajo para eliminar el sarro de los espacios que quedan entre los dientes. No te cepilles hacia delante y hacia atrás, porque así estropearías las encías. Para mantener a raya al enemigo sarro, después de cada comida tienes que limpiar la parte interna y externa de todos tus dientes, así como la parte superior de los molares.
También puedes contribuir a ganar la batalla con los alimentos que comes. Cuanto más a menudo comas cosas dulces, peor para tus dientes. Cada vez que el sarro de tu boca advierte que hay algo dulce, envía un nuevo ejército de ácidos. Cuantas más veces al día comas dulces, contra más ejércitos de ácidos tendrás que combatir. Si quieres comer cosas dulces, hazlo a la hora de las comidas, y procura no comer ni beber nada dulce entre comidas. Las manzanas y las zanahorias crudas son muy buenas para los dientes.
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