Todos los padres tienen una idea sobre cómo comportarse adecuadamente y han de trasmitírsela a sus hijos, decirles cómo quieren que hagan las cosas. Por mucho que se quejen de que el niño no recoge los juguetes, si no se lo transmiten claramente es difícil que lo haga. No es infrecuente que el padre le diga al niño que tiene que recoger sus juguetes después de jugar mientras él mismo los está recogiendo. De esta forma el niño aprende que no tiene por qué molestarse, ya que lo hace su padre, aunque le diga muchas veces que recoja. Si en casa no guarda los juguetes porque ha aprendido que los demás lo hacen por él, seguramente en el colegio tampoco se molestará en hacerlo, porque repetirá el comportamiento aprendido en casa, aunque no hacerlo dificulte su integración en clase.
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