Una historia contada por el niño que pone el vínculo padre-hijo al revés. Es el hijo el que tiene que aguantar estoicamente un interminable recorrido por el zoo, poner límites, alertar de los peligros, intentar maniobras de distracción… Todo aquello que tienen que hacer los padres con sus activos, entusiastas y agotadores niños.A los niños les resultará muy divertido ponerse en los zapatos del adulto por un rato. Por su lado, los padres se sentirán plenamente identificados y no podrán evitar esbozar una sonrisa cuando lean este libro junto a sus hijos.
Y una cosa es segura: Después de leer este álbum, la próxima visita al zoo será doblemente entretenida.
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