Hacer desaparecer el chupete de la vida de un niño es una de las grandes preocupaciones de los padres. Nos planteamos hacerlo de forma paulatina, delimitando claramente las actividades que se hacen con chupete y las que no: se puede utilizar para dormir, pero no para salir a la calle, jugar o comer.
Es útil buscar un lugar para dejar el chupete cuando el niño se despierta, un cajón por ejemplo, y que permanezca allí todo el día. Si lo coge, le acompañamos para que lo guarde de nuevo.
Podemos empezar diciéndole que no lo utilice fuera de casa, aumentar la prohibición paulatinamente a todo el tiempo que permanece despierto y acabar dando el paso de retirarlo para dormir, que suele ser más difícil.
Un buen criterio será observar si los compañeros de la escuela infantil dejan de utilizar el chupete y nuestro hijo no. En ese caso, es el momento de que desaparezca. Un día cualquiera le anunciaremos que ya es mayor y que, por tanto no es necesario usar el chupete: "Los mayores como papá o mama no lo hacen". Luego le diremos que es el momento de tirarlo a la basura. Inventaremos con él todo un ritual para que se despida de algo que sólo se usa cuando uno es pequeño: "Bien, ahora que tenemos ya todos los chupetes -sacamos también los de reserva- es el momento de acercarnos a la papelera y decirles adiós, porque ya eres mayor y no los quieres". El pequeño lo hará convencido de que será así.
Sin embargo, lo normal es que cuando llegue el momento de dormir, ver la tele un rato o calmarse tras ina rabieta lo pida insistentemente. Habrá que recordarle que lo tiró porque ya es mayor y que se deshizo de todos, porque intentará buscar alguno de los de reserva. Probablemente llorará e incluso iniciará una rabieta de protesta. Si nos mantenemos firmes, su actitud durará como mucho un par de semanas y olvidará el chupete para siempre.
FUENTE | El manual de Supernanny, Ed: El Pais, 2007
0 comentarios :
Publicar un comentario
¡Gracias por participar! =)