Cuando se quiere hacer un gran número de coches,
cocinas o televisores, se instala una cadena de montaje en la fábrica. La clase
más simple de cadena es la cinta transportadora.
El producto a fabricar circula sobre una cinta que
pasa frente a una hilera de obreros. Cada uno de ellos hace una tarea
específica para montar el producto. En muchas fábricas modernas este trabajo lo
hacen robots. Los robots no se cansan ni aburren y pueden repetir el mismo
trabajo semana tras semana sin parar.
Por ejemplo, los robots soldadores son muy competentes
uniendo las planchas de acero que forman la carrocería de un coche. Pero no
creas que los robots pueden hacerlo todo. Mira tu mano y brazo. Flexiona los
dedos, tuerce la muñeca y dobla el codo. Los científicos llevan años
intentando, sin conseguirlo, copiar la mano humana y todo lo que puede hacer.
Por eso, son manos humanas las que han de montar los
motores y cajas de cambios de los coches. Mientras, los robots siguen haciendo
trabajos sencillos, aburridos o peligrosos.
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