20/06/2013. Ligeros, apilables, más ergonómicos, versátiles, adaptables a escolares de distintas alturas, hechos con materiales respuetuosos con el medio ambiente y con una estética totalmente renovada. Son éstas las características de los tres conjuntos de pupitre y silla diseñados por estudiantes de diseño industrial de Mérida y ganadores del concurso de ideas “Fomento de la cultura del diseño”, organizado por Surgenia/Centro Tecnológico Andaluz de Diseño - con el patrocinio de la Editorial Gustavo Gili - con el objetivo de diseñar mobiliario escolar basándose en las demandas y los deseos de sus usuarios: los niños.
En el concurso han participado 19 proyectos de estudiantes de diseño industrial y desarrollo de producto del Centro Universitario de Mérida, que han plasmado las necesidades de 50 alumnos del CEIP Condesa de las Quemadas de Córdoba, quienes reclaman un mobiliario más cómodo, ergonómico y sostenible. Este proyecto ha contado además con la colaboración de la Asociación Andaluza de Ergonomía, que ha elaborado recomendaciones para que pupitre y silla estén en línea con las normas de salud postural.
El jurado del concurso, en el que han participado representantes de la Asociación Andaluza de Diseñadores, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Sevilla, la Editorial Gustavo Gili, la Asociación Andaluza de Ergonomía, el CEIP Condesa de las Quemadas y Surgenia, ha seleccionado tres proyectos que han destacado por su originalidad, innovación, ergonomía y viabilidad técnica.
Ayer se han presentado las maquetas de los tres proyectos en el CEIP Condesa de las Quemadas de Córdoba y se han entregado los premios a los tres proyectos ganadores.
Los proyectos premiados
El proyecto galardonado con el primer premio ha sido el “Quick desk” - de Enrique Fernández Fernández yCarlos Sánchez-Cortés García - que ha destacado por su “innovación y calidad”.
Se trata de un conjunto de dos piezas, unidas entre ellas a través de un brazo telescópico, totalmente plegables y apilables para que, en caso de no ser usadas, ocupen muy poco espacio. El pupitre y la silla se pueden regular en altura e inclinación para adaptarse a las necesidades de sus usuarios (de entre 6 y 12 ños) y es posible incluso cambiar la orientación del plano de trabajo. Este mobiliario ayuda a adoptar una postura no perjudicial, como la del “astronauta” que no implica esfuerzos musculares. De color verde y blanco, inlcuye un espacio para colocar el ordenador y una toma de corriente eléctrica, con un sistema de seguridad integrado, para poder utilizar una lámpara o un dispositivo informático - como ordenador o tablet - adaptándose así a los sistemas de aprendizaje modernos. Además, los conjuntos de silla y pupitres se pueden agrupar a la hora de desarrollar trabajos en grupo. El pupitre y la silla se desplazan a través de un sistema de guías dispuestas en el suelo, que permiten posicionar el mobiliario de forma fácil y sin esfuerzos.
El segundo premio ha sido para el proyecto “Knowledge desk”, de Luis Carlos de Cáceres Orellana y Mario Acedo Conejo, que ha destacado por su ergonomía.
La silla es regulable en altura, fondo y respaldo del asiento para favorecer que el niño se siente con la pelvis atrás, espalda recta apoyada en el respaldo y con los pies apoyados en el suelo. La mesa es regulable en altura, además de tener una superficie que combina inclinación y horizontalidad. Ambas piezas son plegable y apilable. El pupitre ofrece una mayor superficie de trabajo y está adaptado para utilizar herramientas informáticas. La propuesta además, tiene en cuenta que el mobiliario conlleve un bajo coste de producción y mantenimiento.
El proyecto galardonado con el tercer premio es el “You Desk”, de Alba Chavez Zapata y Raquel Monsalve Espadas.
Este mobiliario, también apilable, destaca por tener un espacio para guardar material (debajo de la mesa), asegura una mayor superficie de trabajo y está pensado en materiales sostenibles. Mesa y silla se regulan en altura mediante un sistema telescópico. El pupitre tiene una curvatura para faciliar el acceso a la superficie de trabajo.
El proyecto
El proyecto nace de una iniciativa de Surgenia, centro que trabaja para que las empresas sean más competitivas, uniendo su capacidad productiva con la creatividad de los profesionales del diseño. El objetivo de Surgenia es concebir productos y espacios con identidad propia, que cumplen con una función específica y que transmiten emociones. Surgenia ha detectado la necesidad de adaptar el mobiliario escolar a las nuevas necesidades de sus usuarios directos e indirectos (niños, profesores, limpiadoras…). Por ello, ha realizado una investigación sobre las posibilidades de innovación y ha puesto en marcha esta iniciativa para mostrar de qué forma es posible diseñar sillas y pupitres en línea con las nuevas demandas. Para ello, ha contado con las recomendaciones de la Asociación Andaluza de Ergonomía y ha celebrado dos talleres de cocreación con los alumnos de segundo (6-7 años) y sexto curso (11 y 12 años) del Colegio "CEIP Condesa de las Quemadas" de Córdoba.
A través de técnicas de creatividad y trabajo en equipo (innovación cocreativa), los niños han reflexionado sobre las características con las que tendrían que contar el pupitre y la silla ideales e han hecho sus dibijos del mobiliario escolar para dar forma a sus ideas. Finalmente, dos jóvenes estudiantes de diseño han resumido las propuestas de los niños en un único boceto. A partir de esta idea y de las conclusiones de los estudios de las necesidades de los usuarios indirectos del mobiliario escolar (profesores, limpiadoras,…) se ha organizado un concurso de ideas, patrocinado por la Editorial Gustavo Gili, para alumnos de diseño industrial del Centro Universitario de Mérida (Universidad de Extremadura) que han planteado posibles soluciones introduciendo conceptos de diseño y ergonomía.
Los deseos de los más pequeños
Los alumnos más pequeños, de entre 6 y 7 años, están de acuerdo con los mayores, de entre 11 y 12: el mobiliario tendría que adaptarse más a sus necesidades. En primer lugar, los niños destacan que las sillas son demasiado duras para estar sentados tanto tiempo y mantener una buena postura. Otro problema es la imposibilidad de regular la altura del mobiliario, teniendo en cuenta que en una misma clase hay niños más altos y otros más bajos. Todos coinciden, además, sobre la necesidad de poder utilizar de forma más cómoda el ordenador.
Según los niños, otra característica esencial es la multifuncionalidad: demandan un mobiliario que se pueda apilar por si hace falta espacio libre en el aula, que sirva de armario o estantería, que lleve incorporada una pequeña pizarra para dibujar o hacer cuentas. Además, todos están de acuerdo sobre que el material de pupitre y mesa sea respuestuoso con el medioambiente.
Los profesores también han dado su opinión sobre las características del mobiliario. Han destacado que el actual "es muy uniforme y no se adapta a las diferencias en el tamaño de los niños de una clase. No es fácilmente apilable y es difícil de mover". Según ellos, el mobiliario tendría que ser más cómodo y versátil.
FUENTE| unex.es