Fuente Imagen | Banco de imágenes INTEF
En términos de comportamiento social, ante una situación que no nos agrada podemos diferenciar tres tipos de respuesta: pasiva, agresiva y asertiva.
Si la respuesta agresiva está en un extremo y la pasiva en el otro, el punto intermedio entre ambas es lo que se denomina asertividad.
La respuesta pasiva
Un individuo que actúa de forma pasiva deja que los demás le manden, es decir, que le digan lo que tiene que hacer. Habitualmente no defiende sus derechos; sus opiniones son ignoradas por las otras personas, que en ocasiones se aprovechan de él. El niño pasivo es inhibido y suele reaccionar con ansiedad ante diferentes situaciones sociales. También puede provocar en quienes le rodean un rechazo por su pobre integración, lo que da lugar a un bajo nivel de contacto social.
La respuesta agresiva
Este tipo de actitud se da en personas que sólo se preocupan por conseguir lo que desean, sin importarles los sentimientos y las opiniones de los demás. Suelen ser mandonas y críticas. Humillan e intimida a los demás. Los niños que actúan agresivamente se caracterizan por utilizar la violencia verbal y física, las burlas, las provocaciones, las peleas y las discusiones sobre conflictos ya resueltos, y por violar o ignorar los derechos de os demás. Quien se comporta de forma agresiva suele conseguir sus objetivos a corto plazo, pero a la larga se encuentra con la pérdida de amigos, la reducción del contacto interpersonal y el consiguiente rechazo social.
La respuesta asertiva
Ser asertivo significa ser capaz de comunicar opiniones, sentimientos y deseos de forma directa, honrada y adecuada, manteniendo un gran respeto por los derechos propios y los de los demás. La persona asertiva es aquella que siempre dice lo que quiere decir de forma directa sin herir a los demás, conoce sus fallos e intenta mejorarlos.
FUENTE | El manual de Supernanny. Ed: El Pais, 2007
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