Fuente Imagen | Banco de imágenes INTEF |
- Propiciar un clima relajado y seguro en el aula. La motivación para el aprendizaje surgirá más fácilmente en un aula que se caracterice por un clima de libertad y seguridad psicológica, lo que se consigue cuando los alumnos es sienten aceptados y perciben que su esfuerzo es apreciado y valorado por el profesor.
- Proponer objetivos y contenidos de aprendizaje significativo. Los alumnos deben conseguir cuáles son los objetivos que deben lograr con sus aprendizajes, y deben percibir que esos objetivos, con los consecuentes contenidos y actividades, son significativos, lo que se consigue cuando están explícitamente formulados, y cuando están relacionados con los intereses y necesidades del alumno. También cuando tienen un nivel adecuado de dificultad y el alumno percibe que son relevantes y están en conexión con el mundo real.
- Promover la disonancia o el conflicto cognitivo. Cuando los contenidos o actividades presentados provocan este conflicto, surge la necesidad de resolver la situación y se estimula la curiosidad del alumno y su deseo de aprender.
- Estimular en el alumno la aparición de expectativas y atribuciones deseables. Hay que seleccionar y organizar las tareas y condiciones de aprendizaje de manera que el alumno perciba que puede alcanzar el éxito siempre que haga un esfuerzo adecuado. Junto a ello, en caso de fracaso, hay que procurar que la atribución que el alumno haga del mismo sea un esfuerzo insuficiente.
- Separa en el aula las actividades orientadas a servir de experiencias de aprendizaje de las actividades de evaluación. El profesor debe organizar y presentar las actividades del aula de forma que el alumno perciba que las actividades que realiza están orientadas a facilitar su aprendizaje y no a mostrar su competencia para ser evaluado, con lo que evitará la aparición de ansiedad y la inhibición del alumno. No obstante, como las evaluaciones también son necesarias, cuando tengan lugar, deberán hacerse de manera que el alumno perciba que su finalidad es comprobar su progreso, evitando las comparaciones con sus compañeros y el deterioro de su autoestima.
- Orientar el aprendizaje de los alumnos. Las diferencias individuales que hay en el aula darán lugar a que los alumnos progresen en su aprendizaje con un ritmo distinto y con un nivel de eficacia distinto. La motivación del alumno hacia el aprendizaje se estimula cuando el alumno percibe que el profesor se preocupa por su progreso y recibe las orientaciones, ayudas y adaptaciones curriculares oportunas para superar sus dificultades.
FUENTE | El manual de Supernnany (2007) Extracto
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