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| Fuente Imagen | Banco de Imágenes INTEF |
En primavera una avispa hembra se dispone a
construir su nido. Con sus mandíbulas arranca un diminuto trozo de corteza de
árbol y masticándolo lo convierte en una pasta húmeda. Pega ésta en la parte
inferior de una rama y, al secarse, se convierte en una especie de papel al
secarse, se convierte en una especie de papel duro de color gris. Añade más
pasta hasta que ha construido una pequeña copa o celdilla.
Luego sigue haciendo otras, todas juntas.
La avispa pone un huevo en cada una de las celdas.
Los huevos son pegajosos y se adhieren al fondo de las celdas. Al cabo de unos
días, unas pequeñas larvas parecidas a gusanos salen de los huevos. La madre
avispa las alimenta con trocitos de oruga.
Las larvas pronto engordan tanto que llenan sus
celdas. ¡No hay peligro de que caigan! Al cabo de algún tiempo estas larvas
gordas hilan tapas de seda sobre sus celdas. Y empiezan a convertirse en
adultos dentro de las celdas cubiertas. Al cabo de poco tiempo, habrán nacido
muchas avispas adultas dispuestas a imitar a su madre.
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