Asamblea en la carpintería
El martillo era el presidente, pero ese día las otras herramientas dijeron que tendría que renunciar. ¿Por qué? ¡Porque hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo, porque había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez, pidió que echaran a la lija, ya que era muy áspera en su trato y siempre tenía roces con los demás.
La lija estuvo de acuerdo, pero ella también pidió que fuera expulsado el metro, que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En la mejor parte de la reunión, entró el carpintero, se colocó el delantal y empezó a trabajar. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo y, en pocas horas, un enorme trozo de madera se convirtió en un lindo mueble.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea continuó. Entonces el serrucho pidió la palabra y dijo:
-Hoy quedó demostrado que todos tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades, y eso es lo que nos hace valiosos.
Cuando el serrucho terminó con su reflexión, el martillo gritó:
-¡Tiene razón! Yo soy el más fuerte, el tornillo sabe unirnos a todos, la lija es especial para limar asperezas, y el metro es el más preciso y exacto de todos -dijo el martillo.
Desde entonces, las herramientas aprendieron que, a pesar de nuestros defectos, todos somos valiosos y tenemos mucho que ofrecer a los demás.
Adaptación de un cuento anónimo.
Esta lectura viene acompañada de una dos láminas incluidas en un PDF para fotocopiar. Además en la primera de ellas se incluyen una serie de sugerencias y actividades para realizar antes de leer, en la sesión de lectura, después de leer y una asamblea en el aula.
1 comentarios :
PRECIOSO
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