Algunos especialistas afirman que la región específica del cerebro que regula las emociones también influye en el desarrollo de las habilidades cognitivas del niño, es decir, que su felicidad y bienestar están directamente relacionados con el desarrollo intelectual.
El niño es muy sensible a:
- Los diferentes tonos de voz: alegre, triste, de reproche (si observamos su cara, veremos el impacto que provocamos).
- Nuestras manifestaciones de cariño. sonrisas, risas, besos, caricias, abrazos.
- Las diferentes expresiones de la cara.
- La música.
- La expresión corporal, el baile, los movimientos.
FUENTE | El manual de Supernanny, Ed: El Pais, 2007
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