Cada una de las
conchas que ves en la playa ha sido la casa de un molusco. Algunos como el
cauri o el buccino, tienen una concha con muchas espinas.
Otros, como los
berberechos y las pechinas, son bivalvos: están formados por dos conchas en
forma de platillo, unidas por una articulación.
A veces verás que
hay agujeros en algunas conchas. Pueden haber sido hechos por el animal que
vivía dentro, para tomar agua, o incluso por otros moluscos, que perforaron el
caparazón para comerse el animal que había dentro.
Recuerda que las
conchas son casas. ¡Recoge sólo las vacías y deja las vivas en su posición
correcta! Al llegar a casa, seguramente tendrás que lavarlas. Las conchas son
más bonitas si están húmidas y lustrosas. Píntalas con una fina capa de barniz.
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