El misterio y el
enigma han atraído y espoleado desde siempre la inquieta mente infantil. Porque
¿cómo puede ser que una planta no tenga raíz ni ramas o que una sandía sirva
para estudiar geografía? En atina y adivina, Eduardo Soler nos plantea esos y
otros muchos acertijos a través del cauce poético de la adivinanza, un cautivador
juego verbal cuya solución se nos revela en una detallada descripción (panza,
asa, chorro y pitorro) al tiempo que se nos escamotea con fuegos de artificio
de numerosos recursos retóricos. Seducido por la música de las palabras de
estas adivinanzas originales, el lector avivará el ingenio y aceptará gustoso
el placentero reto de desvelar lo que se encubre tras metáforas como
"serpiente de lana" o gusano de hierro" y de averiguar que
"gran señora colorada" puede albergar en su interior hasta "mil
hijitos negros" Los espléndidos dibujos con que Nivio López Vigil ha
ilustrado este libro emulan con prodigiosos ingenio el juego de las
adivinanzas, pues al tiempo que ofrecen pistas para que el lector dé con la
solución procuran desviar la atención de la diana.
1 comentarios :
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