1º. Conocer qué es el TDAH y entender a tu alumno
Conocerlo no es difícil. Aquí tienes algunas guías que puedes
descargar y leer.
Cuando se conoce el TDAH, se entiende por qué parte del comportamiento que presenta este alumnado no es “mala educación” o “falta de normas”, aunque en algunos casos eso también está añadido. Sino que se trata de un trastorno neurobiológico que explica gran parte de la forma de actuar de estos niños.
2º. Asígnale un alumno ayudante
Puedes asignarle un alumno ayudante y sentarlo junto a él... o al menos, cerca. La misión del alumno ayudante es recordarle algunas pautas habituales de clase, como anotar los deberes para el día siguiente, tocarle el hombro cuando no esté trabajando o no esté atendiendo para centrarlo; no molestarlo mientras se trabaja en clase y animarlo a trabajar. También le puede ayudar en alguna tarea que no sepa realizar.
El alumno ayudante puede también rotar por trimestres, para que otros pasen por esta experiencia.
3º. Segmentar las tareas
La tercera de las 10 pautas para atender a un alumno con TDAH, consiste en segmentarle las tareas que tiene que realizar. Es posible que un niño con estas características no sea capaz de afrontar 7 u 8 ejercicios seguidos. Pero si le pides que realice solo dos tareas del total, y que una vez realizadas se levante de la mesa y se acerque a enseñártelas, posiblemente sí pueda abordarlas.
Cuando las enseñe solo comprobarás que las ha realizado, no tanto si están bien o mal, salvo que sean errores muy evidentes. Cuando compruebes esas dos tareas, le animas a seguir con otras dos y que al terminarlas vuelva a enseñártelas.
4º. Cuaderno único
Para los niños que padecen TDAH, disponer de varios cuadernos suele ser una situación complicada de manejar y que provoca desorganización.
En estos casos la medida del cuaderno único es muy sencilla pero efectiva con el alumnado con TDAH .Consiste en reducir los cuadernos de todas las asignaturas a solo uno. En ese único cuaderno realizará todas las tareas. Tan solo tiene que indicar la fecha y el nombre de cada una de las asignaturas que realiza.
Más adelante, cuando tenga un dominio del cuaderno y adquiera otras habilidades de organización, se irán añadiendo cuadernos, pero de una manera progresiva.
5º. Elegir la pauta y útil de escritura
Las hoja de una línea son las más adecuadas.
En algunos niños los bolígrafos de tinta de gel, les ayudan por tener una escritura más fluida. Si se equivocan, pueden colocar entre paréntesis los errores.
6o. Suprimir enunciados
En muchos casos, las actividades de los libros contienen una gran cantidad de texto, en ocasiones, desproporcionada con la respuesta que se demanda. Para el alumnado con TDAH, que en la mayoría de los casos son especialmente lentos para escribir, es un plus de trabajo y de tiempo, poco productivo, que lo que hace es prolongar el tiempo dedicado a los deberes.
Por tanto, no copiar los enunciados de los deberes es el sexto de los consejos para profesores sobre el TDAH. Es recomendable enseñarles cómo deben indicar correctamente las actividades: número de página y número del ejercicio.
7. Utilizar la pizarra de los deberes
Cuatro actividades pueden parecer pocas, pero cuatro actividades por cuatro o cinco asignaturas eleva el número de tareas. Para ello se propone que en el aula se utilice una pizarra o panel de los deberes. En el panel, un alumno que puede hacerse responsable, anota los deberes que ese día se están mandando por cada profesor. Puede hacerlo en una pequeña hoja de papel, de manera que los docentes podéis comprobar el número de actividades que llevan acumulados para el día siguiente y así controlar la cantidad de tarea.
8º. Adaptar los exámenes
- Aumentar el tamaño
- Presentar un ejemplo de resolución de la tarea que se demanda en cada actividad.
- Simplificar el lenguaje empleado en los enunciados.
- Presentar al alumno las hojas secuenciadas: en lugar de entregarle las dos o tres hojas de un examen, entregarle solo la primera, cuando termine, la segunda y así sucesivamente.
- Secuenciarle las preguntas de examen: pedirle que responda solo a la primera o a las dos primeras; dejar que nos la enseñe; animarle a continuar con la tercera y cuarta... y así con las demás.
- Si un enunciado incluye dos o más acciones, por ejemplo: enumera, subraya y clasifica, presentarle las acciones como enunciados independientes:
- Rodearle o remarcarle algunas palabras clave de los enunciados de las preguntas: “responde”, “dibuja”...
- Utilizar en algunos ejercicios formatos de respuesta breve: tipo test, verdadero falso...
- Dejar la posibilidad de realizar una evaluación oral de todos los contenidos o parte de ellos.
- Utilizar otros instrumentos de evaluación debidamente ponderados: trabajo en clase, cuadernos, etc.
9. Preguntar qué otras cosas sabes sobre el tema
La mayoría de los niños con TDAH ha estudiado para los exámenes y sabe más de lo que finalmente plasma en un examen escrito. Puedes reducir el número de preguntas de los controles, pero incluir siempre una primera pregunta... o pregunta final que puedes titular “qué has aprendido sobre el tema”; “qué otras cosas sabes sobre el tema”.
10º. La ley del 3 a 1
Los alumnos con TDAH suelen ser disruptivos: estresan al profesor y a los alumnos, interrumpen... especialmente si presentan hiperactividad. Si predomina el déficit de atención, suelen estar pendientes de otra cosa. La gran tentación es estar constantemente llamándoles la atención y recriminándoles, con las mejores palabras, cuando su comportamiento es inadecuado..
La Ley del 3 a 1consiste en utilizar con él refuerzos positivos en una proporción de tresveces, por cada una que tenemos que recriminar su conducta. Como refuerzos positivos puedes utilizar el prestarle atención cuando está atento o comportándose bien, nombrarlo, elogiarlo, felicitarlo, reconocerle su conducta adecuada: 3 a 1, escribir anotaciones positivas en el cuaderno... Si su comportamiento es desatento, puedes llamar la atención de los que sí están atentos... para que se dé por aludido.
Fuente | Extraído de 10 pautas para atender a un alumno con TDAH por Jesús Jarque García