Amelia entró en la sala. Su padre estaba sentado
en su silla favorita leyendo el periódico.
–Papá –dijo ella–, estaba pensando...
El padre suspiró. «Cuando Amelia piensa, significa que casi
siempre habrá problemas», se dijo. Amelia continuó:
–Papá, ¿podemos tener un perro?
A veces es necesario dar un rodeo para conseguir una meta,
pues no siempre el camino más corto entre dos puntos
es la línea recta. Es la estrategia de Amelia cuando se le ocurre
adoptar un perro... Desde un águila a una ballena,
pasando por un caballo o un elefante, los intentos de Amelia
por convencer a su padre son cada vez más disparatados.
Además de una divertida historia sobre lo pillos que pueden
ser los niños y la poca atención que los adultos les prestan
ante asuntos aparentemente banales, el relato destaca
por su estructura acumulativa y los elementos repetitivos.
Recurriendo a estos esquemas propios de la literatura oral,
Tim Bowley logra captar la atención de los lectores.
Una obra con mucho colorido y una propuesta estética a base
de técnica mixta y collage, para acercar a los más pequeños
al concepto de responsabilidad aplicada a las obligaciones
propias de cuidar una mascota, orientando sobre qué animales
son susceptibles de ser domésticos y cuáles, por su carácter
salvaje, deben vivir en libertad.
0 comentarios :
Publicar un comentario
¡Gracias por participar! =)