Las investigaciones sobre la atención concluyen que es un proceso que se desarrolla de forma gradual desde el nacimiento y que avanza a medida que van madurando las diferentes estructuras cerebrales implicadas. Estas investigaciones también señalan la dificultad que existe a la hora de describir el proceso mediante el cual se desarrolla la atención. No podemos hablar de momentos en los que se producen determinados cambios; lo que sí se sabe con certeza es que:
- El nivel de dificultad de la tarea es fundamental. Cuando se trata de algo muy sencillo, no hay diferencia en la atención entre los niños de dos años y los de siete; en cambio, cuando la tarea se hace más compleja, existen variaciones significativas: los pequeños de dos años tienen más dificultades para mantener la atención que los de siete.
- A los dos años el niño es capaz de atender eficazmente a una tarea hasta siete minutos, y a los cinco años puede prestar atención durante un cuarto de hora seguido.
- Los niños menores de cinco años atienden más a ciertos aspectos destacados de un objeto que a lo que se les pide que atiendan globalmente.
- Entre los cinco y siete años es más frecuente que se distraigan con estímulos irrelevantes, que no tengan que ver con la tarea.
- Existe un mayor control de la atención a partir de los seis o siete años.
- A partir de los siete años son capaces de saber que no siempre están atendiendo a una tarea y pueden identificar algunas causas de su distracción.
- En torno a los 10 u 11 años se perfeccionan los mecanismos de atención.
FUENTE | El manual de Supernanny. Ed: El Pais, 2007
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